
Adictos al ruido y la complicación
Existen dos estados habituales que los estresados del mundo repiten hasta la saciedad como queja recurrente: cabeza ruidosa y vida complicada. Nuestro lenguaje coloquial tiene muchas maneras de expresar estas penurias, así como las posibles soluciones. Veamos un par de ejemplos. “Tengo la cabeza como una jaula de grillos”. ¡Qué graciosa metáfora! Grillos cantando todo el día en la cabeza. Parecido sentido tiene “estar como un cencerro”: ¡tolón, tolón! Más explosiva es la expresión “me va a estallar la cabeza”. El estrés mal gestionado